Mark Rydel
Tres historias paralelas que vuelven a relacionarse entre sí y con el mundo del juego y de las apuestas.

El inicio de la película es clave: Todos codiciamos mejores condiciones de vida, más calidad de vida, más amor, más dinero, más reconocimientos, más cariño.
Pero sin ningún cuidado, y un exceso de codicia, el deseo de conseguir nuestro sueño, nuestra meta, puede convertirse en nuestra desgracia y se nos puede girar en contra.
Las consecuencias de las tres historias, pues, se convierten en nefastas por sus protagonistas. Unos buscan reconocimiento y éxito fuera de casa sin ver que la inspiración puede venir desde dentro mismo y descuidan su propio entorno más preciado; otros eluden sus responsabilidades y trasladan sus carencias de gestión de sus mezquindades (deudas de apuestas) a terceras personas queridas a quienes cargan el peso de su suerte y les hacen luchar por ellos con el peso de la culpabilidad y la manipulación del…
Al final la conclusión podría ser una de las perlas de aprendizaje para todos que nos dejó Emilio Duró el día 25 en Vilafranca, «Toma la responsabilidad de tu vida. Ante un problema preguntado ¿Qué puedo hacer? No buscamos culpables ni justificaciones»